El Patio de la Casa de la Cultura fue el escenario este pasado Lunes Santo de la clausura de una nueva edición de la Escuela de Tamborileros en la que han participado más de 550 niños y adultos en las clases de iniciación y perfeccionamiento que se han desarrollado a lo largo de la Cuaresma.

El presidente de la Asociación, Fernando Picornell, aseguró en su intervención que esta actividad "es una de las más importantes de cuantas celebramos a lo largo del año", al asegurar que "potenciar la tradición desde jóvenes es uno de las aspiraciones que siempre estará presente en los objetivos del colectivo".
Picornell, en presencia del alcalde de Hellín, Manuel Mínguez, la concejala de Educación, Juani Sorio, y el responsable de Semana Santa, Amador Casado, insistió en destacar «el éxito» de esta edición que comenzó, apenas se celebró el pasado Miércoles de Ceniza.
Las clases, de una hora de duración dos días a la semana, se han desarrollado en los colegios de Capuchinos, La Olivarera, San Rafael, Isabel La Católica, Compañía de María, Martínez Parras, El Rosario y el Colegio Santiago Apóstol, de Isso, así como en la Plaza de Toros, para los mayores. de manera gratuita.
El presidente de la Asociación quiso agradecer a los colegios «su disponibilidad» a ceder los espacios que se han realizado para los ensayos, así como a los monitores, que, en esta clausura, dirigieron una exhibición ante el público que se dio cita, con el fin de poner en valor los avances conseguidos con las clases. Luego recibieron un diploma acreditativo.
Tamborileros distinguidos
Asimismo se distinguió a una serie de tamborileros, tanto infantiles como adultos, como María Rodríguez, y los entrañables hermanos Eleuterio e Hilario del Oro, con 90 y 88 años, respectivamente.
Ambos llegaron al acto "muy emocionados y agradecidos" ataviados con sus túnicas, bota de vino y, en el caso de Hilario, con algunos elementos, como una gorra y pañuelo que le acompañan, desde hace décadas, en sus salidas con el tambor que ahora ha cambiado por una pita.
Acompañados de algunos de sus familiares Eleuterio e Hilario, que, juntos salen a tocar el tambor desde que apenas tenían unos años, se reconocieron «unos verdaderos entusiastas» de la Semana Santa, del tambor y de todas sus tradiciones, incluida la visita al Calvario.
En este sentido preferían no criticar los nuevos hábitos, como la reducción importante de tamborileros en las noches de Jueves Santo y Sábado de Gloria, y el pasado Viernes de Dolores en el Calvario, y se limitaron a opinar que "son los tiempos actuales de la Tamborada".
Del mismo modo, se distinguió a los tamborileros infantiles María José Pérez, del Colegio Martínez Parras, Nerea Rocamora, de Isabel La Católica, y Jonathan Martínez, de La Olivarera.
También se entregó un reconocimiento especial a Juan Fernández, autor del logotipo que se han realizado para promocionar la intentona del Libro Guinnes