Tal y como estaba previsto ayer tuvo lugar la inauguración oficial del crematorio que, doce años después de la entrada en funcionamiento del Tanatorio, hace unas semanas terminaba de construir la empresa local que se encarga de esta infraestructura, y que en el futuro atenderá las últimas voluntades de quienes fallecen y apuestan por este ritual de la incineración.
Se trata del tercer crematorio existente en el conjunto de la Provincia tras los que en su día se pudieron en marcha en Villarrobledo y Albacete, adonde tenían que acudir las personas que desean ser incineradas, un 20 por ciento, aproximadamente, de los fallecidos en el municipio hellinero.

Al acto oficial que tuvo ligar en la Capilla del Tanatorio, se dieron cita los socios del mismo, Rafa Millán y Ernesto Cano, «muy contentos» por haber dado respuesta a una «antigua reivdincación y un proyecto que considerábamos muy necesario», así como miembros de la Corporación Municipal con el alcalde de la ciudad, Manuel Mínguez, al frente; así como el arquitecto y aparejador de la obra; la empresa constructora, junto compañeros de tanatorios y funerarios de la Provincia o compañía de seguros.
Los responsables de ambas instalaciones insistieron en reivindicar los esfuerzos desplegados para hace realidad un proyecto que el alcalde también consideró «una necesidad que se adapta a los nuevos tiempos y al deseo y camino que eligen las personas que fallecen», y que definió como una infraestructura que supone «un toque de modernidad y de progreso a la ciudad».
El siginificado de la incineración
El acto de beneficio, en presencia lo levó a cabo Francisco Jesús Genestal, quien aseguró que la incineración «es perfectamente compatible con la fe de los cristianos», al indicar que «tanto sentido tiene la sepultura como la incineración», al tras revelar que el fuego, en las grandes tradicionales religiosas, «es símbolo de purificación y de vida".
Sobre un terreno de 3.000 metros cuadrados se ha construido este edificio de unos 300 metros, cuidando la forma y los materiales del Tanatorio hasta que se ha conseguido integrar ambos edificios.
En sus dependencias se ha construido el habitáculo con el horno capaz de alcanzar temperaturas cercanas a los 1.000 grados, y una cristalera desde donde la familia, si lo desea, puede seguir el proceso.
Existen zonas ajardinadas y un aparcamiento para unos 80 turismos, al que los titulares del edificio otorgaron una gran importancia.