Beatriz Jiménez aseguró ayer que no piensa dimitir como concejala de Izquierda Unida ni como responsable de Educación del Gobierno municipal, tras asistir «perpleja y casi sin palabras» a la petición que consideró «inaudita» que le plantearon los que «pensaba que eran mis compañeros y las personas por las que yo había luchado y dado la cara».

En las dependencias del Ayuntamiento, donde, en su condición de concejala de Educación, presentó una campaña se concienciación que se ha elaborado para luchar contra el acoso escolar en el municipio, y sin el ánimo de entrar en más polémicas, sí que reveló ha puesto ya en contacto de la coordinación regional esta situación, incluso dijo estar dispuesta a someterse a la voluntad del Comité Federal de Garantías.
Jiménez defendió su «buen trabajo» al frente de Educación, y sus buenas relaciones con los concejales del Gobierno y los funcionarios adscritos al área que desempeña (Escuelas Infantiles y Universidad Popular), por lo que no acertó a comprender «el vacío» que le han hecho sus «compañeros que apelan al protagonismo de la mujer y a la igualdad» a raíz, confesó, desde que en octurbe y noviembre del año pasado se le concedió la baja laboral.
Fiel a las siglas
Fue entonces cuando se planteó dejar el cargo de coordinador y, en ese tiempo, tampoco asistió a las asambleas, aunque indicó que, cada mes, y por escrito, viene informando a ésta de todo el trabajo que desarrolla al frente del Gobierno.
Por último, insistió en asegurar que, salvo que un juez le obligue, «no pienso dimitir, ya que se trata de cuestiones personas y no políticas. Voy a seguir fiel a las siglas con las que me presenté y con el programa que defendí»