Hellín ha vivido este sábado su día gran del Carnaval, con el Pregón que, desde el Balcón principal del Ayuntamiento, por primera vez en la historia de este evento, han ofrecido dos personas: los humoristas locales, Rafael Castillo y Ángel Fernández Davia, con un discurso desenfadado, salpicado de chascarrillos y fina ironía, sin apenas referencias a personales del municipio, pero sí a algunas de las tradiciones, fiestas y costumbres más importantes, como la Semana Santa y parte de la gastronomía.

Disfrazados para la ocasión de corsario y El Zorro, y escoltados por el alcalde de Hellín-el único aludido en la intervención-y la concejala de Festejos, Fabiola Jiménez, han recorrido parte de la historia de los Carnavales y de la propia ciudad, con sus correspondientes altibajos, hasta convertirse en una fiesta “que intenta ganar en seguidores y adeptos”.
Espíritu
Los pregoneros también han defendido el espíritu de estas fiestas, alejadas de corsés y etiquetas, y proclamando la libertad, para, si acaso durante un día, poder convertirse en el personaje con el que siempre han soñado y, de esta manera, plantar cara a los sinsabores, problemas e injusticias; al tiempo que a los niños les han recomendado que, en estos días de Semana Blanca, al menos, se olviden de todo lo que tiene que ver con el colegio.
También se han rebelado ante algunas injusticias de la sociedad que, día a día, son noticia en los informativos; incluso con referencias a Donald Trump, el polémico presidente de EEUU.
Se han despedido con unos ripios en los que han vuelto a poner en valor los ingredientes más característicos de esta fiesta, encarnados en Doña Cuaresma y Don Carnal.