Radio Hellín /M. G. La Junta Local de Seguridad Ciudadana ha celebrado esta mañana tradicional reunión previa al desarrollo de la Semana Santa en la que se han articulado las medidas que se van a activar para que se pueda vivir una edición marcada por el “respeto, convivencia, armonía y tolerancia” de las miles de personas, hellineros y visitantes, que se van a concentrar, sobre todo a partir de Miércoles Santo.

En el salón de Plenos del Ayuntamiento se ha vuelto a celebrar una junta que no se escenificaba desde el 2019, ante el estallido de la crisis sanitaria, en la que han participado el subdelegado del Gobierno, Miguel Juan; el alcalde de Hellín y concejal de seguridad Ciudadana, Ramón García, y su concejal de Semana Santa, Emilio José Pinar; los responsables o representantes de la Policía Local, Nacional y Guardia Civil; el presidente de la Asociación de Peñas, José Luis Jiménez, en su primer encuentro de tas características, y su homólogo de la Asociación de Cofradías, Víctor García; así como SESCAM, Bomberos, Cruz Roja y Protección Civil.
Las medidas que se han adoptado no se han desvelado pero sí se ha confirmado que los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado van a trabajar al completo de sus plantillas (la policía Local, incluso, podría desplegar servicios extraordinarios si fuese necesario) con el fin de mantener el máximo nivel de seguridad en los lugres donde se producirá la mayor concentración de personas, pero también se vigilarán las calles cuyas viviendas se queden deshabitadas por estar participando, precisamente, de la Semana Santa.
Bando
El bando que se editará en unos días, donde se podrían recoger, como novedad, algunas recomendaciones sanitarias, en función de los datos que se conozcan estos días independencia de los datos que se conozcan estos días, ya que el resto del texto será muy similar al del 2019 y en mismo se recogerán los horarios de las diferentes procesiones y la retirada de las barras que se instalen en la calle mientras discurren las procesiones.
También se incrementará la vigilancia sobre las peñas, con el fin de comprobar que las sedes se hallan en el estado correcto y, por tanto, sin riesgo de accidentes para sus ocupantes, dentro de la normativa que se recoge en la Ordenanza reguladora que, en este sentido, se aprobó hace años.