Radio Hellín /M. G. El alcalde de Hellín aseguró en el comienzo de la Cuaresma que este miércoles de ceniza ha sido “triste, atípico y diferente” por culpa de la pandemia, tras reconocer que resulta “extraño y mustio” asistir a la presentación de los carteles y revistas de la Semana, resignado en que las imágenes no recorrerán las calles, pero tampoco se escucharán los sonidos de la Semana Santa.

Ramón García admitió que estos carteles no anunciarán las multitudinarias tamboradas ni las procesiones, sino “sentimientos, recuerdos y vivencias. Anuncian que Hellín, a pesar de todo, ama y vive sus procesiones y sus tamboradas”.
Decisiones complicadas
Tras recordar a los hellineros que, por culpa de la pandemia, han fallecido, no olvidó que, al igual que el año pasado, hace un mes “tuve que adoptar una de las decisiones más duras y difíciles que nunca pensé que tendría que tomar como alcalde de Hellín”, como fue la suspensión de la Semana Santa. auténtica locura.
El primer edil quiso “agradecer” a ambas asociaciones, así como a los curas párrocos de nuestra ciudad “la unidad” con la que se tomó la “difícil decisión”, y también a toda la ciudadanía “el apoyo y respeto mostrado ante la misma”.
Ramón García reflexionó al parafrasear que “en ocasiones se dicen que las crisis son una oportunidad para renovarse; para afrontar retos y superar situaciones complicadas”, en alusión a los años en los que se lleva años hablando de las “necesidades que plantean” las procesiones y tamboradas, consciente que “es inevitable que, una fiesta en la que participa la practica totalidad de la población, sea analizada y expuesta a las opiniones de todos. Porque existen tantas semanas santas y formas de verlas y vivirlas como ciudadanos hay en Hellín”.
Superar las adversidades
Para el ex concejal de Semana Santa, estos años de no celebración de procesiones y tamboradas “nos deben servir para que, en el futuro, hayamos superado aquellas circunstancias o problemas que acarrea nuestra tradición por antonomasia. Debemos analizar con profundidad todos los aspectos de mejora. Y abordarlos. Debemos ser valientes y autocríticos y, desde la generosidad de saber que es más grande el todo que la individualidad, trabajar en seguir haciendo de la Semana Santa de Hellín la mejor Semana Santa del mundo”.