La Semana Santa de este año terminó con la suspensión del tradicional desfile de bandas de cornetas y tambores desde el Jardín Martínez Parras, discurriendo por la calle de El Sol y El Rabal, que, tras la Procesión, permanecía atestado de público ávido de seguir disfrutando de una fiesta única que volverá a celebrarse en 347 días.

Pero las bandas de La Verónica, La Cruz, Juventud Musical, San Antón, Virgen Reina y Virgen del Dolor hicieron valer el documento que todas firmaron en la víspera de la Semana Santa, en el que se especificaba que el referido desfile se suspendería en caso de que la Procesión finalizara después de las 17.00 horas. Muchos pensaban que, colocar ese horario de referencia, era adelantar la suspensión del evento.
Este horario se sobrepasó y el desfile, en medio de una ceremonia inicial de la confusión, no se celebró, como una decisión que acató el propio presidente de la Asociación d Cofradías, quien indicó era algo que «compete, única y exclusivamente, a las propias bandas», que, esta semana, podrían emitir un comunicado aclaratorio al respecto. «Y tenemos que respetar la decisión si ésa era la voluntad y tenían un acuerdo», sentenció Francisco Juárez.
Tras unos minutos de incertidumbre y cierta tensión ya que había que decidir si el desfile se celebraba o no, se suspendió y, de manera testimonial, componentes de todas las bandas, andando y sin tocar sus instrumentos, circularon por El Rabal justo delante de la imagen de la Virgen de las Penas, que, como cada año se dirigía a su sede de la calle Milagros, ante el aplauso de las cientos de personas que, pasadas incluido las 19.15 horas, pemanecían inmóviles a ambos lados de las calles.
Y aunque, desde luego, mucho se habla de esta polémica que tiene que ver con los horario de las procesiones, una Semana Santa de Interés Turístico Internacional no puede permitirse escenas, en cuanto a la suciedad se refiere (los ciudadanos deben concienciarse más al respecto), de algunas de sus calles más transitadas, como ocurrió el día del intento del Récord Guinness, en el que miles de tarjetas que se utilizaban para votar aparecieron esparcidas por el suelo; amén del atentado que, en más de una ocasión, sufrió el urinario móvil que se instaló en la calle Santa Clara.
Pero sin embargo, y a falta de los datos oficiales, ésta ha sido una de las semanas santas más tranquilas que se recuerdan, en cuanto a incidencias de relevancia se refiere, por lo que es de destacar el civismo exquisito de los hellineros y cientos de visitantes que estos días han estado en la ciudad y que ayer, festivo en Hellín y en ocho comunidades autónomas más, emprendían en muchos casos el viaje de regreso a casa.
En el capítulo de sustos, el que vivió el Paso Gordo en la mañana de Viernes Santo, cuando, en los metros finales de subida al Calvario que se realiza a la carrera, uno de los costaleros que viajaban por la parte izquierda sufrió una caída, por lo que el grupo escultórico se inclinó de manera importante para esa zona, aunque, finalmente no hubo que lamentar mucho más.
Decoración
Otro de los asuntos de los que ya se habló estos días y que se seguirá analizando será el de la decoración, que, como manera novedosa este año ha introducido la Asociación de Cofradías. Si bien han gustado, en líneas generales, las balconeras de ese color granate que se han instalado en algunos balcones de la Plaza de la Iglesia, así como los faldones que separaban al público de algunas procesiones en distintas calles de la ciudad, no tanto han agradado a la mayoría los grandes mástiles, con pendones, que, muchos los han considerado propios de otras celebraciones.
En este sentido Francisco Juárez ha aclarado estos días que se trataba de una iniciativa «susceptible de revisarse» para el próximo año, por ejemplo, sugirió, sustituyendo esos pendones de los mástiles por elementos representativos de las distintas cofradías y hermandades.
A lo largo de la Semana Santa, el presidente de la Real Cofradía del Prendimiento, Carlos Valverde, entregó el premio de la III edición, Angel Valverde, en memoria al que fuera más de 30 años responsable de aquélla, a la Iglesia de La Asunción. En su nombre, el actual párroco, Ricardo Magro, recogió la distinción en presencia del alcalde de la ciudad, Manuel Mínguez.
Precisamente, el propio Párroco recordó que la Parroquia de La Asunción permanecerá abierta en el futuro, entre las 10.00 y 12.00 horas, para los ciudadanos que quieran visitar el templo, que, poco a poco intenta recuperar la normalidad tras el intenso movimiento de estos días, con independencia de la Misa que, cada día, se oficia a las 20.00 horas.