Los primeros días de la Semana Santa de Hellín han transcurrido entre luces y sombras, ya que si en el ambiente se ha palpado las ganas y deseos de los hellineros y visitantes que ya se encuentran en la ciudad de disfrutar al máximo esta gran fiesta, la lluvia hizo acto de presencia y deslució la parte final de la Corrida de Toros, así como el Traslado el Cristo del Gran Poder.

Y es que, sobre las 17.30 horas de ayer, Domingo de Ramos, comenzó a llover sobre la ciudad, después de que la mañana hubiese sido radiante, en lo climatológico; y aunque no lo hizo con fuerza, sí de manera continuada hasta la hora prevista de la salida-18.30 horas-del Traslado desde el Museo de Semana Santa de la Casa del Conde.
En medio de este escenario de incertidumbre los organizadores y los participantes, como costaleros, nazarenos y la Banda de Cornetas y Tambores, estuvieron aguardando un tiempo prudencial, hasta que el recorrido previsto se suspendió, pero se apostó por uno más corto y alternativo para poder llegar, cuanto antes, hasta el Convento de Capuchinos, ya que incluso a media tarde se desató una tormenta con aparato eléctrico.
Buen ambiente en la Procesión de Las Palmas
Fue la nota triste a una jornada que comenzó con la Procesión de Las Palmas, y la presencia de todas las cofradías y hermandades con una representación de sus nazarenos, así como la popularmente conocida como «La Burrica», portada hombros por dos presentes de cada una de aquéllas, bajo la dirección en el trono de Antonio Montoya, representante de la Archicofradía del Cristo de Medinaceli.
Entre los participantes, niño de apenas unos años o incluso unos meses de edad para constatar, como ocurrió el pasado Viernes de Dolores, con la Concentración Escolar del Tambor y, posteriormente, el desfile infantil de la talla del Paso Gordo, que el futuro de la Semana Santa está más que asegurado.